
Carles Navarro; Aprendiendo del Emprendedor

Hace tiempo que sigo a Carles, es una persona inquieta, muy talentosa y con innumerables proyectos.
No recuerdo con precisión, más bien de forma vaga y difusa cuando o cómo llegó a mí este fotógrafo. Seguramente cuando empecé a interesarme por la fotografía de stock. Lo cierto es que uno de sus 5 programas que tiene, lo sigo desde hace bastante tiempo y fue escuchándole cuando me planteé llevarle a mi programa, contactándole por Instagram. Ya sabes, “a falta de pan, buenas son tortas…”
Desde el primer momento que empezamos la “correspondencia digital”, pude apreciar que era una persona próxima y sencilla, con muchas ideas y bastantes de ellas muy claras. Además, muy dispuesto a tener esta entrevista.
El contacto por RRSS, lo mantuvimos no muy frecuente pero durante un año antes de conocernos en persona, en el Congreso de Fotografía Nocturna iNight 2024.
Unos días antes del congreso, contactó conmigo para preguntarme si acudiría en autocaravana, porque él había adquirido una y no sabía dónde pernoctar para asistir.
Quedamos, nos vimos y cenamos en la Enterprise, que es como llamo yo a mi vivienda con ruedas.
Estuvimos charlando y lo que intuía de él por los programas donde le seguía, se confirmó. Una persona afable, de buen talante, próxima. Joven, porque lo es, pero con una experiencia muy rica en vida y en fotografía.
La noche de los talleres de iNight, estuvimos cenando y al día siguente, desayunamos juntos y nos conocimos un poco, siendo el preludio de una grabación para una entrevista muy entrañable, instructiva y didáctica.
Carles nació en Barcelona en 1987, es un nómada digital que decidió dejar su casa muy pronto para viajar, colaborando como cooperante voluntario en otros países de Centroamérica.
Es escritor de varios libros; “Cómo vivir viajando”, “La vida que yo quiero” o “Nómada digital: la libertad del siglo XXI”. Y como decía antes, es autor de varios podcast; “Nómada digital”, “Ideas de Negocio”, “Fotografía de Stock”, “Emprendedores de éxito” y “Emprendiendo y viajando” con el divulgador e influencer, Iñigo Mendia, con quien mantiene una fuerte amistad.
Es el fundador de Stockeros, la academia de fotografía de stock, junto a Santi Nuñez y en sus comienzos, también con Kike Arnaiz.
La entrevista, como ya es tradición en Fotorrodando, fue extensa, aunque confieso, que siempre se me hace corta. Pero aquí, me centraré en sus orígenes y en lo concerniente a la fotografía. Si quieres conocer más a Carles, te recomiendo que escuches el episodio correspondiente en Fotorrodando.

Imágenes cedidas por Carles Navarro, imágenes de stock
Pregunta; Carles, empezaste muy joven a colaborar con una ONG en Centroamérica ¿Cómo fue?
Respuesta; Sí, a los 18 años me marché a Nicaragua, pero ya llevaba cuatro años trabajando. Empecé de hecho con 13 años. Comencé como informático, reparando y ensamblando ordenadores personales.
Me ficharon para llevar un Cibercafé, que es algo que ha quedado en la memoria de la gente con algunos años ya.
Era un negocio donde la gente iba porque había una conexión decente a internet y/o para jugar a juegos de ordenador en linea.
Con 14 años, monté toda la infraestructura y me pagaban a 2,50€ la hora, sin seguro, ni vacaciones, ni nada, en condiciones lamentables.
De aquí, me fui a Barcelona como técnico informático a una empresa, que prestaba soporte informático a otras más grandes. Y también la situación laboral dejaba bastante que desear, con un sueldo sobre los 600€ a jornada completa.
Esa situación no me gustaba nada y como ya tenía una profesión, me fui a Nicaragua de voluntariado. Era un proyecto que diseñé yo. En una escuela campesina, necesitaban internet y había que montar toda la infraestructura. Pensé que eso ya lo había hecho y que tenía los conocimientos y la capacidad necesarias. Y me fui para allá.
La experiencia me gustó mucho, cómo se vivía en el país, el impacto que podía tener una sola persona. Fui yendo y viniendo, de Nicaragua a España, hasta que decidí quedarme a vivir en Nicaragua.
Hice de todo, a los dos años de estar allí, estaba dirigiendo una plantación de café y plátanos. Desarrolle proyectos agrícolas para diversificar las plantaciones y no depender solo del maíz y del frijol.
Poco a poco, fui creando cosas allá. Incluso, monté una escuela de Artes Marciales, que era algo que me gustaba mucho. También monté un estudio de fotografía, me iba buscando la vida. Hasta llegué a tener un supermercado.
Pero me fui especializando en fotografía, de escritura y turismo. Y en 2012 monté la web de fotografía. Paralelamente en Cataluña, los veranos tenía Foodtruck, lo que son churrerías de toda la vida. Llegué a tener 5 remolques e iba de concierto en concierto con personas que tenía trabajando. Me ganaba muy bien la vida…
Ese año, 2012, me construí una casa en Nicaragua en la que vivía, hasta que en 2018 estallaron las revueltas que la vendí.
Iba abriendo y cerrando negocios, hay una frase de Steve Jobs que me gusta mucho, “o trabajas para tus sueños, o trabajas para los sueños de otro…” y yo no estaba dispuesto a trabajar para los sueños de nadie.
P. ¿Crees que esos comienzos laborales “tiránicos” te marcaron?
R. A mí, me vino genial, no lo cambiaría. Me maltrataron como trabajador desde un inicio y aprendía que eso no iba conmigo. Me mantuve mucho tiempo en el Cibercafé, porque era un trabajo monótono y me permitía pasar el tiempo jugando y montando y reparando ordenadores. Allí me monté un pequeño tallercito y compensaba el mal sueldo que tenía. Pero no tenía un plan, eso era algo inconscientemente.
P. Claro, pero eso te ha dado una mochila que te ha permitido no tener miedo e ir haciendo muchas cosas después.
Tú dejaste los estudios poco antes de terminar el bachillerato y con tu bagaje y experiencia, ¿te hace descreer en la “titulitis” que hay al menos en este país?
R. Bueno, fue un poco rebote. En aquel momento estaba en el sindicato de estudiantes y era muy activo. Las cosas son como son, era un tío conflictivo. Estos roces, me granjearon ciertos enfrentamientos con los profesores. Al llegar a bachillerato, aquello se hacía insostenible. Lo dejé, aunque mis padres me convencieron para que estuviese un año más, pero con todo, ya no aguantaba, yo me creía Diós, porque estaba ganando “cuatro duros”. Y dejé de estudiar.
Haciendo balance, pues está bien, después de todo, yo he seguido formándome toda la vida. Incluso me terminé sacando el bachillerato en Nicaragua y saqué la mejor nota del país, y en tiempo récord. ¿Pero para qué me sirven los títulos, si no voy a trabajar para nadie?
Me sirvió para verme capaz.
P. Cuando viajas, que además este año es la primera vez que has dado la vuelta al mundo, ¿cómo te haces entender?
R. A mí los idiomas me gustan mucho, hablo perfectamente francés, inglés, también hablo bastante bien el italiano y el portugués lo puedo “chapurrear”. También hablo catalán. En Nicaragua hablo “nicaragüense” muy cerrado, fue allí donde empecé a hablar castellano en el día a día. Pero en ningún lugar he tenido problemas de idiomas. E incluso, el último lugar, fue Japón. Y con el Google Translate, te puedes comunicar. También conozco la lengua de signos, porque en Nicaragua estuve colaborando con una ONG muy implicada con personas con discapacidad auditiva, y aunque cada país, tiene una lengua de signos particular, pero lo básico es muy parecido.
Y siendo extrovertido, creo que no tienes ningún problema en ninguna parte.
Me encanta aprender idiomas, cuando viajo los voy aprendiendo, pero no he estudiado ningún idioma. Bueno de pequeño francés e inglés
P. ¿Por qué esa obsesión con viajar?
R. Yo creo que me quería marchar. Aunque mi familia ha sido siempre muy viajera.
Cuando yo era pequeño, mi padre tenía una autocaravana y nos recorríamos Europa durante los veranos.
Ahí aprendí francés, mis padres me enviaban a comprar el pan, y aunque seguro que tenía un acento horrible, pero lo entendía todo.
Íbamos por toda Europa y recuerdo con mucho cariño Italia. Recuerdo de pequeño la Torre de Pisa, unas fiestas medievales en Luca.
Eso me abrió mucho la mente. Sumado a esto, de pequeño, me creé una imagen romántica de América Latina. Recuerdo las lecturas revolucionarías del Che y otros autores, y tenía mi idea de esta zona, por eso, cuando salió esa oportunidad de trabajar en una cooperación en Nicaragua, que tenía esa imagen revolucionaría de los años 80, 90, pensé, yo me voy allí de cabeza.
Aunque confieso, que entonces tampoco viajaba mucho, bueno dentro del país, pero nada fuera de lo normal.
Fue en 2018 cuando decidí viajar, pero para siempre. Entonces me convertí en un nómada digital y viajaba sin billete de vuelta y sin casa. Recuerdo que pensé, ahora soy yo y mi mochila y a partir de aquí, vamos a tirar.
P. Muchas veces hablas de ingresos pasivos en tus programas y tú los obtienes con la fotografía de Stock. Esto del stock es quizás algo denostado por algunos fotógrafos, no sé si de nicho, y tal vez se dice que es una disciplina menor, pero al final se trata de fotografía y de vivir de ello, ¿no?.
R. En el mundo de la fotografía, hay artistas que no son fotógrafos y pasa un poco como cuando empezaba la fotografía digital y se opinaba que eso no era fotografía, que lo que valía era la tradicional. ¡Cojonudo! También ocurrió con la polémica de Photoshop, “no, yo saco las fotos directas, yo no las retoco!!” ¡¡¡Pues fantástico!!!
Yo quiero hacer fotos y vivir bien, si puedo generar dinero con mi cámara, ¡Ya está!
P. jajajaja Creo que lo has resumido muy bien…
R. Algunos puristas dicen, no es arte, y yo pienso, ¡Cojonudo! A mí, mi cámara me da dinero. Tu serás un artista maravilloso, pero luego te vas a currar “a la fábrica” puteado. Pues yo no.
Para mí, el stock fue la puerta a eso. Me da la posibilidad de ser un profesional de la fotografía, sin ser algo que no me apetece.
Una vez, fui a cubrir una boda como fotógrafo principal y dije nunca más. Hice alguna foto que me gustó mucho, pero el resto, un estrés horrible, hacer fotos absurdas y cagado, porque como la líes… ¡Encima me malpagaron!
Me merece mucho la pena hacer sesiones de fotos, ir a mi rollo y me gano la vida con lo mío.
Lo que no entiende la gente es que la fotografía de stock, es hacer fotos bonitas y las vendo. Eso no es fotografía de stock. El punto es si quieres vivir de esto. Si haces fotografías de paisaje o nocturnas, y las vendo. ¡Vale! Vas a generar algo de dinero, si eres muy, muy, muy bueno, ganarás más dinero. Pero si quieres vivir de esto, tienes que producir lo que la industria demanda. Y es la industria publicitaria lo que está alimentándose de los bancos de imágenes. Y no solo de fotografía, también de vídeo. Y cuando entiendes lo que demandan, tienes un mercado para explotar.
Para mí, la fotografía de stock, también fue una gran puerta de entrada a la fotografía de muchas otras cosas que no estaba acostumbrado. Nunca hubiera hecho fotografía gastronómica, y lo he disfrutado, percibí retorno y me permitió aprender a iluminar de otras formas.
También he hecho sesiones de fotos con muchísimos modelos y he conocido a gente muy chula a través de la fotografía de stock. Son fotografías que yo no habría hecho si no hubiesen sido para venderlas. Y como sabía que me generaban dinero, pues he podido hacer tanta variedad de fotografía. Y a la vez, ha potenciado muchas facetas de mi vida que esta muy bien. Soy mucho mas extrovertido gracias a que no me da ningún reparo hablar con ninguna modelo y dirigir una sesión de fotos. En cualquier lugar del mundo, paro a gente y le digo, te hago una sesión de fotos, en el idioma que sea. Unos te dicen que sí y otros te dicen que no, pero es divertido y te lleva a situaciones maravillosas. Un restaurante clásico de una señora en Tailandia, no te metes en una cocina de estas, si no estás haciendo una sesión de fotos. O una carnicería en un mercado en Nicaragua, lleno de moscas, como reportaje de fotografía social es muy chulo y si no estuviera haciendo fotografía de stock, no lo haría. De estas, te puedo contar las que quieras.
Este tipo de fotografía es muy dinámica y cuando dominas la fotografía de stock, controlas muchas cosas, la iluminación, la combinación de colores, dejar un “copy space”. Es un tipo de fotografía diferente a la que harías tú como artista, que a la vez, también te permite desarrollar tu fotografía artística. He expuesto en museos nacionales en Nicaragua, series de fotografía de paisaje y fotografía social, que no son de stock y que me gusta mucho hacerlas y las he realizado por puro disfrute. Si no estuviera con la fotografía de stock, no estaría todo el día con la cámara en la mano y tampoco dispararía las otra fotografías más artísticas.
P. Tienes una academia de fotografía de stock junto a Santi Nuñez. En esta academia enseñáis todos los tips para generar este tipo de fotografía y conseguir estos ingresos pasivos. Como también en tu podcast, que habláis a qué agencias hay que “aplicar” para vender este tipo de fotografía, las sesiones que hay que realizar según qué momento. Pero ¿cuándo y cómo es un buen momento para comenzar a generar fotografía de stock? Porque visto desde fuera, esto puede parecer una rueda de hámster y puede dar vértigo comenzar a entrar.
R. El mejor momento para empezar en la fotografía de stock, fue en 2005, el segundo mejor momento es hoy, y después mañana.

Imágenes cedidas por Carles Navarro, fotografía de stock
P. No, no es exactamente una fecha lo que te preguntaba, sino una época, un mes, en el que empezar, porque cada año tiene sus ciclos y hay que comenzar a vender imágenes de Navidad en junio/julio.
Si y no. Hay mucho tipo de contenido. Y hay contenido que es temporal, que es lo que acabas de comentar tú.
Para entender cómo funciona la industria del stock, hay que saber quiénes son nuestros clientes, las agencias de publicidad mayoritariamente, luego está “Pepito” que tiene un bar allí al lado y que compra una fotografía de un bocadillo de jamón, para ponerlo en el menú. Pero ese no es tu cliente. Quien hay que tener en cuenta, son las grandes corporaciones publicitarias. Y hay que entender que esas corporaciones comienzan la campaña de Navidad en junio-julio, por lo tanto, interesa que tus imágenes estén en primeras páginas como novedades en esas fechas. Y Así todo el año, Navidad, San Valentín, primavera…
Todo esto y mucho más está en la Academia de Fotografía de Stock, y además también está el podcast con muchísimas indicaciones.
Yo no suelo hacer este tipo de imágenes de campaña o temporal, porque me pilla en el hemisferio opuesto. Lo que yo trato de hacer, es contenido que se vende todo el año, lifestyle, gente joven, business…
Si has llegado hasta aquí, habrás descubierto que Carles es una persona hecha a si misma, a puro golpe de esfuerzo, de talento y de empeño.
Es una de esas personas con una cabeza privilegiada, aunque seguramente él mismo no lo reconozca. Y aunque tiene un negocio con sus libros, Academia de Stock, mentorías, sus podcast, es una persona extremadamente generosa, con una visión muy particular de la vida. Luchador incansable, con un buen talante y al que no le gusta el frío, por eso va buscando el verano eterno, cambiando de hemisferio y región sin pensarlo demasiado.
La entrevista con Carles duró una hora y media. Y siempre es un placer poder compartir un rato con alguien que nos abre los ojos, su alma, que se desnuda por dentro para mostrarnos cómo es. Que nos enseña su experiencia, sea en la disciplina que sea, dando lo mejor de si mismo, y de esta forma, le conozcamos mejor.
Tengo que reconocer que personalmente le tengo mucho afecto, a pesar de no tener una estrecha relación. Su carácter afable y generoso, hace que sea muy fácil cogerle cariño.